El aprendizaje mixto(o híbrido o bimodal) tuvo su explosión de difusión en el mundo alrededor del año 2013, que fue cuando me capacité virtualmente durante varios meses para conocerlo en profundidad. De hecho, incluso la plataforma de aprendizaje que utilicé (MOOCs, Massive Open Online Courses) también iniciaba en aquel entonces su desarrollo, y me permitió aprender, compartir e intercambiar con educadores de diferentes partes del mundo.
Este tipo de aprendizaje revoluciona el mundo de la educación tradicional promoviendo un alumno autónomo y responsable, junto a un estilo de enseñanza que combina y alterna entre un espacio de aprendizaje presencial (que en un modelo ideal no es el protagonista portador del saber, sino un guía al lado del alumno) y un espacio de aprendizaje virtual: a través de los campus digitales que brindan las nuevas plataformas tecnológicas educativas.
En los Estados Unidos había algunos colegios que trabajan esta metodología en los distintos escenarios de aprendizaje mixto (rotación de estaciones, rotación de laboratorios y flexible) y fueron tomados como estudio de caso.
El modelo más clásico consiste en la división del grupo de alumnos en estaciones de trabajo por las cuales van rotando, p
Así, en una de las estaciones (online instruction) los alumnos reciben la clase teórica de la mano de un video hecho por el docente o directamente de la web, luego pasan a trabajar con el docente (teacher-led instruction) y en la última parte llevan a cabo actividades colaborativas en pequeños grupos (collaborative activities and stations). Esta división no sólo es de alumnos y actividades, sino también de tiempos; existe una mayor diversidad y una mayor participación activa en las propuestas.
Pero lo más interesante, es que esta nueva propuesta que buscaba integrar los aportes humanos y tecnológicos para el aprendizaje siempre fue pensada para la presencialidad.
Y en el Michael Ham, cuando pudimos regresar a la presencialidad a tiempo parcial luego del aislamiento, no dudamos en que este modelo era el que más se ajustaba a lo que buscábamos desarrollar para la mayor eficiencia en el aprendizaje. La realidad nos empujaba a pensar de manera creativa y a configurar las estaciones de trabajo en distintos ámbitos: la enseñanza online pasó a tener lugar en las casas de manera asincrónica (en Google Classroom), la enseñanza de los profesores se realizaba de manera presencial en el colegio con la otra mitad del curso, y las actividades colaborativas en pequeños grupos podían tener lugar en la presencialidad aunque también en el trabajo remoto.
Lo más importante del aprendizaje mixto no es la tecnología, sino la diferenciación que permite la tecnología. La potencialidad real está en permitir a los alumnos ir con su ritmo de aprendizaje individual y adquirir contenidos diversos. Por eso, lo más importante siempre sigue radicando en el trabajo que hace cada uno de nuestros docentes.
De esta forma, pudimos llevar a cabo de manera exitosa la transición entre el plan de continuidad pedagógico para el aprendizaje remoto de la primera etapa del aislamiento, hasta la presencialidad completa que disfrutamos en la actualidad.